miércoles, 25 de julio de 2007

EL OTRO POLANCO.


Jesús de Polanco murió el pasado sábado pero existe otro Polanco del que no sabemos su paradero. Este alter ego fue siendo construido conforme el Polanco real iba teniendo éxito en sus empresas de comunicación, pero su aparición no fue debida solamente a esa característica tan española de la envidia ante el éxito ajeno ni tampoco al habitual resentimiento de antiguos empleados que son despedidos. Se trataba de algo más. Ha sido una construcción colectiva de la derecha española durante los treinta años que van de la transición hasta ahora. En principio obedecía a esa tendencia de buscar un chivo expiatorio a una situación que es imposible de controlar. ¿Cómo explicar que la derecha española no pudiera alcanzar el poder durante tantos años? Había que buscar un culpable. ¡Ya está¡ se dijeron, se trata de El País, de ese periódico que manipula a las masas y les impide ver la verdad . Eran tan demócratas que achacaban la victoria o la derrota electoral a la intervención de un medio de comunicación. Y también les irritaba profundamente un empresario que ganara dinero con ese negocio. ¿Cómo podía ser respetable esa forma de lucrarse? La derecha habitualmente tan dada a admirar a cualquier nuevo millonario fuese cual fuese el origen de su dinero, ya fueran Gil, Conde o De la Rosa, torcía el gesto ante Polanco. Su leyenda negra por tanto crecía cada vez más. En ese personaje, cuyos rasgos oscuros y sombríos se iban incrementando, había ecos de la conspiración judeomasónica a la que Franco atribuía todos los males o de los protocolos inventados de los sabios de Sión. Al igual que en aquellos precedentes no eran necesarias muchas pruebas, bastaba unas cuantas insinuaciones acerca de un poder maligno que todo lo controla en la sombra, ya fuera los gobiernos socialistas de turno de los 80 y 90, el GAL, pese a que en El País se condenó desde el primer momento la guerra sucia, o, en los últimos tiempos, la supuesta ruptura de España o la conspiración del 11 M. La propia situación hegemónica de los medios de PRISA tendía, paradójicamente, a favorecer esta imagen: el conjunto de medios que forman Prisa son como un gran faro que ilumina importantes zonas de la realidad española pero que no puede dirigir la luz sobre sí mismo y genera una zona oscura donde se pueden deslizar con más facilidad estas informaciones . Así se podía decir impune y casi simultáneamente que Polanco era cada vez más millonario y a la vez que estaba totalmente arruinado.
Por todas estas razones eso en cuanto volvieron al poder trataron de acabar con Polanco por todos los medios posibles, ya fuera declarando el fútbol como interés nacional, ilegalizando unos descodificadores que curiosamente coincidían con los de Sogecable, o lo que fue el momento culmen de la infamia: intentar mandarlo a la cárcel con un asunto inventado que terminaría implicando al juez que se prestó al asunto. Por supuesto dicho juez fue indultado rápidamente.
Así pues la derecha esta también de luto. ¿De dónde sacará a su nueva bestia negra? Con lo útil que resultaba. ¿Qué nuevo personaje sustituirá al anterior?

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